lunes, 11 de febrero de 2013

Pertenecer a una categoría oprimida nunca ha impedido a nadie perpetuar la opresión de los demás.... Didier ERIBON

Didier ERIBON (10 de julio de 1953)  Filósofo francés. Biógrafo de
Michel Foucault
ERIBON, Didier: Reflexiones sobre la cuestión gay. Traducción de Jaime Zulaika. Editorial Anagrama. Barcelona. 2001. Págs. 178-179
Título de la edición original: Reflexions sur la question gay. Fayard, París 1999. Publicado con la ayuda del Ministerio francés de Cultura-Centro Nacional del Libro


(...) pertenecer a una categoría oprimida nunca ha impedido a nadie perpetuar la opresión de los demás (ser víctima del racismo no impide ser racista o adherirse a ideologías políticas conservadoras y hasta retrógradas e incluso fascistas. [1] Como dice Goffman, “el individuo estigmatizado en eun aspecto pppuede manifestar todos los prejuicios de la gente normal respecto de los que sufren el estigma en otros aspectos”. [2] Así, no debería haber una idea preconcebida de la solidaridad de los dominados o de los oprimidos: sólo puede construirse, adquirirse, a menudo en contra de los prejuicios que estructuran los modos de pensamiento de los propios dominados.
            Pero incluso si es dominante socialmente, el homosexual está siempre dominado como homosexual. Al igual que las mujeres, como dice Pierre Bourdieu en La dominación masculina, sea cual sea su posición en la jerarquía social, están siempre, dentro del espacio particular al que pertenecen, en relación de inferioridad con los hombres, o más exactamente, por emplear la fórmula de Bourdieu, “separadas de los hombres por un coeficiente simbólico negativo”, [3] así también los homosexuales están siempre en una situación de inferioridad simbólica en el espacio social específico que les corresponde.            Pero esto explica también por qué, sea cual sea su posición en el orden social, individuos a los que todo separa pueden sentir una afinidad profunda mutua – aunque sólo fuese puntualmente-,  porque ocupan una posición análoga en el orden sexual que rige de la misma forma los espacios sociales –tan distintos, sin embargo- a los que pertenecen. Es, además, probable que esta solidaridad “sexual”, si cabe llamarla así, tenga tendencia a decrecer a medida que los efectos de la clandestinidad se atenúen y se desarrolle la visibilidad gay y lesbiana.

[1] El judío puede ser racista, el negro antisemita, el homosexual racista y antisemita. Etc. El paradigma de esta insolidaridad puede encontrarse en la actitud de August von Platen y Henri Heine. El primero había denunciado al segundo como judío, y éste se burló de él como homosexual. (véase Hans Mayer) Les Mrginaux. Femmes Juifs et homosexuels dans la littérature europénne. París, Albin Michel, 1994, pp. 220/237)
[2] Ervin Goffman, Stigmate. op. Cit. , p. 161
[3] Pierre Bourdieu. La Domination masculine, op. cit. pp. 100-101

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